lunes, 16 de abril de 2012

El mito del Dominante Azul y la Confianza

En los cuentos de hadas con relativa frecuencia aparece el personaje del Príncipe Azul, que en la mente de muchas mujeres se instala como arquetipo y se desea encontrar en forma consciente o inconsciente en la vida real... que no siempre en "la realeza". Soy republicana y no creo en príncipes... y mucho menos azules!!! El color de la piel me resulta bastante extraño, a menos que se trate de un extraterrestre, pitufo, avatar o algún dios hindú. Aunque últimamente están de moda los hombres azules tuareg..... por otros motivos.
Los príncipes azules encarnan la perfección socialmente imperante:, son altos, guapísimos, fuertes, valientes, virtuosos, románticos, intelectuales, generosos, capaces, audaces, jóvenes, buenos bailarines, aristócratas, impecables, sensibles, amorosos, excelentes guerreros y sobre todo fieles y millonarios... quien tenga la fortuna de encontrar uno de ellos vivirá mil por ciento feliz durante toda la vida, porque él siempre estará junto a su princesa... a la que convertirá en una reina elegante y realizada, con una magnífica y enorme descendencia y merecedora del respeto y adoración de todo el reino.
Tanta perfeccion además de irreal tiene unos finales absurdos y ridículamente aburridos, mejor aterrizar un poco y regresar a la objetividad. NO existen los Principes azules, los Hombres Ideales o los Amos perfectos, que aquí llamo Dominantes azules.
Lo que SI existe es la tendencia a buscar a ese hombre que cumple nuestras expectativas, acorde a las propias necesidades y creencias. Lo que SI existe es el hombre adecuado para cada mujer. Lo que SI existe es un Dominante apropiado para cada esclava.
Antes de tomar la decisión de someterse hay que estar plenamente segura de lo que se es, de lo que se quiere vivir y con quién. Al elegir al Amo a menudo se cae en extremos, ya sea exigiéndole demasiado o no teniendo ninguna restricción. Existen muchas características que definen a un buen Dominante, una de ellas es la confianza. 
Confiar en el Amo es básico, constituye una experiencia personal y es fundamental para iniciar el proceso de entrega, el deseo de que dirija nuestra vida conforme la relación de dominación-sumisión va madurando. La confianza nace del corazón, debe ser mutua y no soporta traición alguna. La sumisión se basa en el abandono del yo en manos del Dueño. Cómo depositar la integridad física y emocional en quien no se confía?
La confianza en el mundo BDSM es distinta a otras. En una relación convencional hay un compromiso y se espera que el otro no nos hará daño, que será fiel y respetuoso, por lo general se tiene una cierta reserva emocional para la propia protección. Si se traiciona esa confianza, se convierte en algo doloroso produciendo  cambios profundos o el fin de la misma relación. 
En el BDSM confiar implica un compromiso más intenso y profundo que al romperse puede presentar  resultados potencialmente devastadores, al no existir casi ninguna reserva emocional o física que es el regalo que una sumisa le hace a su Amo, habiéndole cedido casi la vida a su total control.
El Amo idóneo ha de ser como un caballero andante, quien no te abandona a menos que salga a librar mil y un batallas por defender a quien valora como su más preciada posesión y actúa siempre bajo un código de honor. Sin mentiras, sin verdades a medias, sin ocultamientos ni engaños.
Tanto una mujer como una sumisa tendrán una vida maravillosa si encuentran al hombre o Amo adecuado. Y será una persona real y con defectos, ya que no existe la perfección, sino la capacidad de asumir el reto del camino que les lleve a ser mejores. El respeto y la confianza se ganan, nunca se podrán imponer.
El hecho de crecer juntos a pesar de las imperfecciones y amarse libremente tal y como somos nos llenará de orgullo y fuerza para continuar felizmente en esta vida.